Exposición «Una mentira contada mil veces» de Jacinto García.
Del 10 de febrero al 11 de marzo en el patio de la Fundación Euroárabe
Para Jacinto García la muestra pictórica que presenta en la Fundación Euroarábe, centrada en la figura de Boabdil, «no es sólo una exposición de pintura, es una deuda pendiente; por una parte, en pro de la interculturalidad; basta excavar en la tierra o analizar nuestras costumbres y nos encontraremos con un legado que trasciende hasta nuestros días. Es el gran legado de los moriscos granadinos»
Boadbil fue un hombre culto amante de las artes y la poesía. Se educó en la Madrasa:
«Yo fui educado como un príncipe, y , por tanto, no fui un buen gobernante. Me atrajo la lectura; tuve curiosidad; pude haber diso más o menos sabio. No me lo permitieron; me obligaron, en cambio, a luchar por la supervivencia de mi pueblo. No desempeñé un papel airoso, ni pudo se de otra manera»
Horario de visitas:
De lunes a jueves: De 10h. a 14h. y de 17h. a 20h. Viernes solo mañanas. Fines de semana y festivos cerrado
EL PINTOR
Jacinto García Rodríguez. Íllora (Granada). Desde niño manifiesta interés por la pintura. A la edad de 7 años los avatares de la vida le llevan a la antigua Escuela de Artes y Oficios de Granada de la mano de una alumna de D. Gabriel Morcillo, quien le acepta en sus clases sin tener la edad necesaria para matricularme oficialmente. De la mano de María del Pilar pintaban en la Alhambra y el Albaicín. «Sin duda esas vivencias de la infancia y abrir los ojos al color de la escuela granadina es una influencia que ha perdurado en toda mi obra», dice el pintor
Realiza exposiciones individuales y colectivas: Almuñécar, Granada y Vergara (Guipúzcoa), entre otras, con motivo de la inauguración de Cortefiel recibiendo buenas críticas. Por aquel tiempo se le incluyó en el Diccionario de Escultores y Pintores del siglo XX. Editorial Fórum Artis. Su actividad expositiva es importante y constante desde 2015 a nuestros días. Su obra se ha mostrado en Granada y provincia y en Tetuán (Marruecos).
UNA MENTIRA CONTADA MIL VECES
Por Jacinto García
Quizás muchos se hayan olvidado de aquel bachillerato en el que tuvimos una asignatura llamada “formación del espíritu nacional”. Una historia contada al uso del momento en la que aprendimos lo ocurrido en Numancia, las batallas de Covadonga y las Navas de Tolosa, don Pelayo, las leyendas del Cid Campeador, Santiago y cierra España….
Por alguna razón que desconozco tuve una especial fijación en la figura de Boabdil… tal vez la famosa sentencia: Lloras como una mujer… me produjo querer saber más a cerca de su vida y de los hechos relacionados con el Reino de Granada.
No es sólo una exposición de pintura, es una deuda pendiente; por una parte, en pro de la interculturalidad; basta excavar en la tierra o analizar nuestras costumbres y nos encontraremos con un legado que trasciende hasta nuestros días. Es el gran legado de los moriscos granadinos.
Por otra parte, ser miembro activo para devolverle su dignidad al último rey nazarí: Boabdil. Conocemos la historia a través de los relatos castellanos y los añadidos de los escritores románticos del siglo XIX. Pero ¿Quiénes son realmente estos personajes? BOABDIL, MORAIMA, AIXA, FARAX, SORAYA…
Abū ‘Abd Allāh Muhammad ibn Abī il-Hasan ‘Alī (Boabdil)… humillado por el relato castellano y por el relato de los musulmanes de distintas geografías que aún lloran por la perdida del Reino de Granada… acusado de débil carácter, cobarde, traidor.
La gran mentira que permanece en todos los relatos que leo a día de hoy, siempre terminan con la famosísima y repetida sentencia de Aixa cuando la comitiva real partió hacia la Alpujarra: “Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre” … Pero una mentira repetida mil veces no es una verdad. Fue Fray Antonio de Guevara, arzobispo de Guadix y Mondoñedo, cronista de Carlos V, quién conociendo el romance de la pérdida de Granada lo convierte en verdad histórica (libelo) para conseguir favores reales.
Un buen rey para su pueblo (así hablaba el enemigo) que evitó un derramamiento de sangre y destrucción en oposición a muchas voces de su consejo real.
Agradecimiento a Antonio Gala por su obra “El manuscrito Carmesí” que me ha inspirado para ver la historia desde la visión de un hombre sabio, sensible, amante de las artes del que él mismo opinaba que no se veía como rey…. una vida trágica en lo personal: “…he perdido todo lo que un hombre puede perder” ….
Mendigo en Fes, aún me parece oír a aquel anciano que perdió la memoria y que preguntaba continuamente: ¿Cómo se llama mi ciudad? ¿Cómo se llama mi ciudad?… Granada, le respondían. Hasta el día en que la gente se olvidó.
INAUGURACIÓN
El acto de inauguración de la exposición de Jacinto García se celebró el jueves 10 de febrero con una importante asistencia de público y con las intervenciones del propio artista que estuvo arropado por Francisco Pérez, rapsoda que abrió el acto con el Romance de la pérdida de Granada y un final también de poesía, la del poeta Marcos Jiménez León con su Granada en Llamas-Oda por Boabdil
GRANADA EN LLAMAS – ODA POR BOABDIL (Último sultán del reino Nazarí de Granada).
Si yo pudiese cantar a los ecos de Granada.
Navegar las noches sin velo en veleros cubiertos de estrellas.
Si desnudo en las murallas quisiera liberarme de la carne, dejar atrás una vida amontonada de vidas, de espíritus errantes.
Si pudiese sellar con vuestra luz el silencio de mi casa, el amor de una madre, los ojos de mi amada.
Si no quisiera más sangre derramada apagaría con mi nombre alamedas de la vega en llamas, el resplandor de sangre y fuego que asedia mis entrañas.
Si mis hijos nacidos en tierra fértil y bondadosa pudiese proteger con espada de seda blanca.
Si no quisiera ver mi ciudad pisoteada por caballos con bocas de espuma negra y espuelas de brillantes calaveras.
Si tuviese que dejar mi jardín, mis pájaros y mis fuentes, el aroma del amor por no ver deslizarse más la sangre por mis calles: así lo haría.
Sería un hombre más; rey sin corona, sin ciudad, sin llaves ni estandartes.
Todo daría por mi tierra roja que no quiere más el olor de las ciudades sin ojos, el aura de los muertos decapitados que todas las noches deambulan las piedras y los rincones; de los muertos en vida que sólo son huesos cubiertos de harapos.
Sí, cambio la vida por la muerte, la mañana por la noche oscura, el pan por la invasión de las ratas.
Quiero enhebrar con mis venas las heridas abiertas, pues no quiero ver un reino cubierto de lágrimas amanecer de espaldas a la luz, al amor, a los sueños.
Que nuestras murallas no sean prisiones, sólo refugio para desamparados, destronados, para los hijos de la fe.
Quede para mí la eterna soledad.
Sí, marcharé a la ciudad de las mil puertas, mil puertas abiertas y un sol de arena donde descansen mis huesos; mi alma se pierda para siempre en el infinito de lejanas tierras.
He deseado partir mil veces de mi propia vida; pero no puedo más seguir el destello de un destino incierto.
Partiré en paz, sin espada, sin orgullo; tan sólo con mi alma vacía, mis heridas y la esperanza de que mis hijos sobrevivan a las cenizas, al odio y al terror de las batallas de hambre y destierro.
Partiré aunque pierda la cordura y olvide tu nombre;
¡Granada mía!
Marcos Jiménez León (Inédito).