Bajo el título ¿Puede Europa ser un laboratorio para una nueva política planetaria? la Fundación Euroárabe acoge hoy y mañana, a expertos de diferentes universidades y centros de investigación en el seminario internacional organizado por el Berggruen Institute de California, el Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada y la Fundación Euroárabe.
Durante estas dos jornadas, miércoles y jueves, las y los participantes reflexionarán sobre los precedentes históricos y las herramientas para reformular el nuevo papel de Europa en un contexto internacional especialmente convulso.
Seminario organizado por el Berggruen Institute de California, en colaboración del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada y la Fundación Euroárabe.
¿Puede Europa ser un laboratorio para una nueva política planetaria?
«Si la Unión Europea puede entenderse fundamentalmente como un proyecto que llegó con el fracaso de los imperios europeos, ¿puede entenderse su papel histórico-mundial en el futuro según un paradigma diferente, como una civilización del consentimiento, en lugar de un imperio de la fuerza? ¿Cuáles serían los modos y comportamientos de Europa en su singularidad que podrían otorgarle ese renovado papel universal? ¿Puede Europa actuar, por ejemplo, como espacio de intercambio entre reivindicaciones civilizatorias contrapuestas y transformar así los choques mundiales en reconocimiento mutuo y diálogo multilateral, o incluso en co-creación?
Si bien la guerra de Ucrania ha vuelto a poner la ampliación en la agenda europea de forma urgente, Europa aún tiene que desarrollar una narrativa global en torno al significado de una Unión ampliada. Aunque las cuestiones técnicas en torno a las estructuras de toma de decisiones dentro de una Unión ampliada son enormes, corren el riesgo de desplazar la cuestión esencial subyacente del significado de Europa a medida que se amplía a 35 o más países.
El significado del proyecto debe ser rearticulado tanto internamente -para la ciudadanía europea- como externamente -para otras regiones del mundo-. Sin una atención explícita, la respuesta corre el riesgo de estar dictada únicamente por un contexto de guerra. ¿Qué haría falta para que Europa se articulara como un actor global transformador a medida que se amplía? ¿Qué recursos históricos, filosóficos y culturales debe movilizar, tanto de los países europeos «centrales» como de sus periferias? ¿Qué precedentes históricos y formas de poder son pertinentes para pensar la futura configuración y forma europeas?»